«La conexión entre la vida personal y la profesional es fundamental. Y encima, sobre todo es que conecta con mi misión, que es conciliar y conciliar»

Reivindicar una conciliación real a través de su historia personal es lo que ha hecho siempre Laura, fundadora del Club de Malasmadres y presidenta de la Asociación Yo No Renuncio. Empezó con un blog personal y, a la vez, desahogandose en redes sociales y, después de 10 años, sigue alzando su voz y la de miles de Malasmadres que quieren vivir la maternidad con libertad y encontrar el equilibrio entre la vida personal, familiar y laboral.

Hace un año, el equipo de “Mejor Conectados, la iniciativa de Telefónica con la que inspirarse, aprender y mejorar, entrevistaron a Laura para que contara su historia personal y permitiera hablar sin tabúes sobre algo tan importante como la maternidad. Una entrevista que cuenta la historia de Laura, que es la historia de muchas mujeres que han renunciado para poder ver crecer a sus hijos/as.

La entrevistadora Gema Escudero indagó sobre el movimiento de Malasmadres y la historia personal de Laura, a través de algunas preguntas como estas:

¿Quién es Laura Baena?

“¿Quién es Laura Baena Fernández?” No me gusta olvidar el segundo apellido que el apellido de mi madre. Y eso hay que reivindicarlo siempre. Laura Baena es una trimalamadre, con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo o al menos, de morir en el intento. Esa es la definición de malas madres. Y yo creo que la definición más madre de mucho mi definición, porque nació así de un sentimiento individual, de cómo me sentí y de quién era en ese momento. Y aunque por un lado puede parecer como que definirte como mala madre, como lo primero que dices, es como si no fueras más cosas además de madre. Para mí sí que ser madre fue una crisis existencial, una revolución personal y un cambio vital en mi día a día. Entonces creo que me define mucho malamadre. Luego también te podría decir que soy creativa y comunicadora porque me siento así más allá de haber estudiado publicidad, sino que realmente creo que la creatividad y la comunicación están en mi vida. Ahora que se lleva tanto eso de decir ¿cuál es tu propósito? Pues yo creo que cada día me levanto pensando que esa es mi misión y ese es mi propósito. Ayudar a las Malasmadres, reivindicar un nuevo modelo social de maternidad en España y luchar por una conciliación real.

El equilibrio, en cualquier faceta de la vida, es fundamental. Pero no siempre es fácil encontrarlo. En este caso, ¿cómo de importante es encontrarlo entre la vida personal y profesional?

La conexión entre la vida personal y la profesional es fundamental. Y encima, sobre todo es que conecta con mi misión, que es conciliar y conciliar. Precisamente es eso, es buscar el equilibrio entre tu vida personal, familiar y tu vida profesional. Y esa misión y ese propósito, muchas veces se te puede volver en tu contra. Y es y es realmente el camino que tengo que seguir. Entonces, en este camino y en estos años, ha sido difícil y a la vez un gran reto. Me hace mucha gracia recordar cuando yo renuncié a mi carrera profesional en la agencia de publicidad. Me hace gracia y me genera hasta compasión recordar a la Laura de aquel momento diciendo bueno, ahora yo que he dejado la publicidad, voy a estar un año tranquila con mis hijas, disfrutando de la vida. Y de repente lo que pasó es que le dedicaba más tiempo a ese proyecto que estaban haciendo en redes sociales, que era Malasmadres y fue una locura porque de repente buscar el equilibrio era muy complicado, porque de repente tenías tu vida personal. Entonces, bueno, eso ha sido un camino.

¿A qué no estás dispuesta a renunciar?

Cuando renuncié a mi carrera profesional empecé a compartir mi historia de no conciliación, de que no quería renunciar a ver crecer a mis hijas ni quería renunciar a mi carrera profesional. Era el gran temazo de la generación de mujeres de hoy en día que eran madres. De repente, cuando llega la maternidad, se escapan los roles tradicionales, te ponen la M de madre y parece que ya vales menos y que a nivel profesional no cuentas tanto porque claro, vas a ser madre y has decidido ser madre. Y eso, pasar por ese trance es brutal. Y te das cuenta de que no era solo yo, que cuando compartía mi historia la mayoría de mujeres se sentían así, sentían que tenían que renunciar cuando llegaba la maternidad de una manera u otra a su vida. Y eso es muy duro y muy injusto.

Entonces ahí comenzó esa lucha por la conciliación, no a decir a ver de qué manera podemos destapar esto, de qué manera podemos sensibilizar y podemos compartir y hacer de esto una lucha social. Pero también ahí no hay que olvidar la otra parte, que no es solo conciliar por no ver crecer a tus hijas si no es conciliar contigo misma. A día de hoy no existe el derecho a la conciliación personal. Al principio, cuando empezó la lucha por la conciliación con el nombre Malasmadres, hasta que ya hemos ido trabajando, dando pasos en la asociación y convirtiéndonos en el referente de esta causa, pues la gente pensaba que luchábamos por la conciliación sólo para las madres. No, no, la conciliación va mucho más allá. Tenemos que conciliar todos y todas tenemos que entender que nuestra vida tiene que tener otros usos del tiempo que no sea solo el mercado laboral. 

Y ahí cuando renuncié a mi carrera profesional, hice un proceso de coaching y un proceso de terapia para poder salir de todo aquello. Y fue muy clave un ejercicio que hacemos nosotras en nuestro proyecto de ‘La Hora de Cuidarse’ con las malasmadres que es la rueda de la vida. Es tan significativo cuando te hacen hacer tu rueda de la vida y te das cuenta de que solo marcas trabajo y como mucho otro huequito para la familia o para cualquier cosa. Y te das cuenta de que el trabajo te ha absorbido tanto y te ha alejado tanto de lo que te gustaba, de lo que hacías, de tus valores, de tus propósitos, de tus objetivos. Eso nos tiene que hacer pensar como sociedad y reflexionar.

¿Dónde queda el papel del padre o de los hombres?

Para mí es superimportante implicar a los hombres y que se den cuenta de que tienen que ser parte de este movimiento, que tienen que ser parte de esta lucha por la conciliación y la corresponsabilidad y que se tienen que dar cuenta, sobre todo, de que los hombres tenéis unos privilegios que os vienen dados sólo por el hecho de ser hombres. Entonces, hasta que no os liberes de esos privilegios y deis el paso a romper esos silencios cómplices. A apostar por equipos diverso. Apostar por el liderazgo en femenino. No romperemos esa rueda en la que estamos atrapadas.

¿Cómo crees que la conciliación ayuda a mejorar las conexiones personales?

Apostar por la conciliación es apostar por la vida, es apostar por la familia, es apostar porque hay otros usos del tiempo en nuestro día a día y es apostar por que al final seamos más felices trabajando. Eso que es el objetivo de todo el mundo. Ser feliz trabajando es fundamental. Si hay racionalización de los horarios, si hay posibilidad de apostar por el teletrabajo, por medidas efectivas de conciliación, si sientes que de verdad eres parte de un equipo diverso y que tiene esas condiciones también personales dentro de su propia filosofía de empresa, para mí creo que es una parte no solo de poder conciliar con tu vida personal, con tus hijos, con tus hijas, sino que va mucho más allá de crear equipos que tienen futuro y que trabajan bien juntos.

En Mejor Conectados nos gusta decir que “cuando conectamos somos capaces de hacer cosas increíbles”.

Yo creo que ese es un gran lema que conecta 100% con malasmadres y con cómo nace el movimiento y cómo se desarrolla en nuestra comunidad. A día de hoy es lo que nos mueve, porque a día de hoy siguen llegando más malasmadres que se acercan, incluso mujeres que se sienten malasmadres y no son madres, porque no nos podemos olvidar de todas esas mujeres que renuncian a la maternidad porque no existe la conciliación o porque no pueden en ese momento concreto. Yo creo que realmente ese lema mueve malasmadres y que nos hace ser cada día más grandes y poder llegar a más lugares.

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