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‘El Muro de la Conciliación’ es un espacio para alzar la voz, contar nuestras historias de renuncia y visibilizar todos los obstáculos que las mujeres nos encontramos en el camino de la conciliación cuando nos convertimos en madres.

Tenemos un objetivo, llenarlo con el mayor número de testimonios posibles para lograr un cambio social, para conseguir dar pasos hacia una conciliación real. Solo si alzamos la voz y sacamos a la luz cada una de nuestras historias podremos conseguirlo, ¿nos ayudas a construir este muro juntas?





el muro de la conciliacion
Ya son 1.333 historias de renuncia
  1. Volví de mi baja a 40 horas semanales dejando a mi criatura en una escuelita con 5 meses. Se puso malo en la primera semana. Se lo llevé a mi madre pero ella ahora después de haber renunciado en su día por mi, está cuidando de su madre. Me reduje la jornada. Me pusieron cara de “vaya, qué pena”. Me metieron en proyectos que implicaban viajar y pasar noches fuera… Sin pagarme más. Pedí viajar un menos. Ahora estoy cruzada de brazos… Resisto mientras busco alternativa. Pero agotada mentalmente
    Natalia
  2. Estando de descanso por maternidad, mi jefe me llamó para llamarme sinvergüenza. Esa semana había pedido reducción de jornada. Imaginad cómo fué mi incorporación al trabajo… Al final nos despidieron a todas las mujeres, menos a una.
    Beatriz González
  3. Yo simplemente no me atreví a dejar a mi bebé (prematuro) en manos ajenas, así que renuncié… mi trabajo era muy demandante (dirección de restaurantes) y no pude imaginarme irme a trabajar sin haber dormido más de 2 horas seguidas durante los siguientes 2 años de mi vida. Triste realidad en México también, donde la conciliación laboral y maternidad está muy lejos de encontrarse
    Fernanda
  4. Me vi obligada a renunciar a mi puesto de responsable por querer conciliar mi vida familiar, el trabajo era interminable y tenía muchísima presión, volvía a casa y simplemente veia a mis hijos para darles de cenar y acostarles, y además en el poco tiempo que les veía mi cabeza seguía en el trabajo. Me afectó muchísimo psicológicamente y decidí pedirme una reducción de jornada, mi jefa me hizo la vida imposible y me vi obligada a renunciar al puesto y degradarme perdiendo casi un 30% del salario.
    Ana
  5. Soy anestesista, he dedicado mi vida a mi trabajo porque me gusta y me apasiona. Decidí ser mami el año pasado y es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Mi incorporación ha tenido que ser con reducción de jornada (y su consecuente reducción salarial) y pagando guardería (porque la escuela infantil no es obligatoria y por tanto hay que pagarla). No existe la conciliación familiar.
    MDMR
  6. Soy Educadora infantil y trabajaba en una escuela infantil, aguante hasta la semana 30 embarazada con una clase de 18 niños de 2 años yo sola, por miedo a que no me renovaran en septiembre. A la vuelta de mi maternidad, el 2 de septiembre me dijeron que no me renovaban porque tenía un bebe e iba a faltar mucho. Me paso lo mismo con mi segundo embarazo contrato temporal y a la calle por quedarme embarazada.
    Carmen
  7. Al incorporarme de la maternidad en mi empresa, solicité una reducción de jornada y adaptación del horario ya que mi hijo no podía acudir a guardería hasta el año por recomendación médica. No me quisieron dar la lactancia acumulada en días, no me dejaron adaptar el horario, tenía que ser el que ellos decían y me pusieron en un turno de planta con gente en aislamiento que porta enfermedades infecciosas. No duré ni quince días, me vi obligada a la excedencia y a posterior emprender como autónoma.
    Estela
  8. Soy logopeda y antes de ser mamá estuve 11 años trabajando en un centro todas las tardes + horas extras. Me quedé embarazada durante el confinamiento del covid y parí en dic'20. Después de la baja hice excedencia de 6m y al volver pedí una mejora de conciliación pero me la denegaron, así que decidí irme. Volví a estudiar y me especialicé y entré en el mundo hospitalario. Pero aún sigo luchando por encontrar un trabajo estable que me permita no tener que decidir entre mi familia y mi profesión.
    Bea
  9. Di a luz en pandemia (con 2 negligencias) y fue duro por no tener apoyos. Después de mi permiso de maternidad pedí la reducción de jornada para poder cuidar de mi hija pero tuve compañeras que se pensaban que me iba de vacaciones o algo porque me hicieron la vida imposible. La peque con reflujos, sin poder dormir y aguantando el trabajo no podía con la ansiedad y el estrés. Tuve que renunciar y reinventarme por salud mental y física.
    Isabel
  10. Me quedé embarazada mientras me formaba como matrona, sufrí el acoso de mi tutora ( también matrona) Ella me dijo que era un tropiezo de persona por quedarme embarazada y me amenazaba constantemente con suspenderme. También perdí una plaza obtenida por examen de oposición por no poder tomar posesión de mi plaza al encontrarme recién parida. Después tuve una grave depresión postparto por la que muchas personas aún consideran que he sido una privilegiada por haber estado de baja con mi hija.
    Marian
  11. Yo, cuando alguna vez me propusieron "mantenerme" xa que yo crie: estás flipado si piensas que voy a dejar mi profesión por ser madre! Yo embarazada: venga, a ver si en mes y medio ya puedo estar atendiendo mi negocio! Yo con cesárea de 6 meses: todavía no soy funcional. Yo actual (hija 19meses): no quiero perderme ni un minuto de ella. Yo sí tengo la necesidad de estar para atender la crianza de mi hija como nos merecemos. Suerte que pude ahorrar algo (era para hacer mi casa),pronto se a
    Lorena
  12. Renuncie a la que un día fui al hacerme a mi única responsable de la crianza de mis hijos, al ponerme pareja,sociedad mil trabas para poder trabajar y ser madre a tiempo completo y sin ayuda porque no todas tenemos ayuda y no tienes sueldo para pagar a alguien que te cubra en casa cuando vas a turnos y no hay nadie más para hacerse cargo de tus hijos como en mi caso, cuando tus contratos mensuales sin derecho a nada son el único sustento y en las entrevistas te preguntan las edades de tus hijos
    Laura
  13. Cuando entré a trabajar en la empresa, me dijeron que tuviera claro que el día que me quedase embarazada me iría a la calle. Cuando me quedé embarazada 6 años después, y estando de baja por una depresión relacionada con el trabajo, me despidieron. Pude criar a mis hijos sin tener que volver a trabajar y lo agradezco, no cambiaría esos años. Pero me pasó factura cuando quise volver a trabajar después de tantos años.
    Amaya
  14. Soy trabajadora estatal. Mi anterior relación me dejó con tantas deudas que más de la mitad de mi sueldo se va al pago de esos créditos por lo que no me es posible tener a mi hijo a mi lado, aunque se en una guardería, sino que lo cuidan mis padres. He querido renunciar para poder cuidarlo, verlo crecer, pero mientras su padre no se estabilice económicamente y se haga cargo de nuestro hijo y nuestros créditos (ojalá lo cumpla en el plazo acordado), la conciliación es una deuda conmigo y mi hijo.
    Maria del Carmen
  15. Mi historia de NO CONCILIACIÓN empezó cuando aún no estaba embarazada y mi jefe me preguntó si quería tener hijos... después sólo fue a peor. No quisieron facilitarme el horario de mañana, por ley estaban obligados. Me hicieron perder meses haciendo malabares y teniendo que darme de baja por ansiedad. Por fin tras el juicio conseguí horario de mañana, sintiéndome castigada, exigiéndome cada vez más sin dejar que me adaptara, con críticas y amenazas. Ahora tengo otro trabajo de lun
    Alicia
  16. Hola buenas! Escribo como bimadre, con poca ayuda cerca para cuidar de mis hijos, y una figura parental que trabaja casi más horas que el sol, por lo que los niños, nunca mejor dicho son mios. En mi trabajo solicite, que se me adaptará el puesto ya que tengo turnos de mañana, o de tarde, (y las mañanas muy bien porque las cubre guarde y colegio...) Pero por las tardes?? Quien cuida de esos, mis bebés(3 años y 9meses?)?? Me han negado la adaptación y he tenido que solicitar una reducci
    Rocío
  17. Me sentí tan culpable por seguir con mi carrera laboral, lo que implicaba poder ver a mi hijo solo unas horas por la tarde, que renuncié a ser madre por segunda vez.
    Laura
  18. Hola, cómo muchas mujeres quise disfrutar a tope de mi maternidad. Empecé de nuevo a trabajar cuando el niño tenía tres años. Trabajaba todo el día. En Navidades sin tiempo para disfrutar con el Así varios años. Me queme y dejé el trabajo. Me puse a estudiar. Saque un título, luego otro. Ahora tengo 51 y no me quieren en ningún trabajo. Para algunos demasiados estudios y para otros demasiado mayor. No me pesa disfrutar de mi maternidad. Pero pienso todos los días, por qué tenemo
    María Gonzalez

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