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‘El Muro de la Conciliación’ es un espacio para alzar la voz, contar nuestras historias de renuncia y visibilizar todos los obstáculos que las mujeres nos encontramos en el camino de la conciliación cuando nos convertimos en madres.

Tenemos un objetivo, llenarlo con el mayor número de testimonios posibles para lograr un cambio social, para conseguir dar pasos hacia una conciliación real. Solo si alzamos la voz y sacamos a la luz cada una de nuestras historias podremos conseguirlo, ¿nos ayudas a construir este muro juntas?





el muro de la conciliacion
Ya son 1.269 historias de renuncia
  1. Hola queridas malas madres! Bueno... mi caso ha sido un poco diferente. Padezco Esclerosis Múltiple. Trabajaba en una empresa familiar y la persona que lo llevaba se jubiló, llegue a un acuerdo estando ya embaraza, irme al paro y decidir pasar ese tiempo para poder criar a mi hija. Mi situacion es complicada la enfermedad no me permite trabajar adecuadamente así que ahora he vuelto a estudiar a mis 42 años, para así tener un mejor futuro y poder ver crecer a mi hija. Trabj.+ enf+ conc
    Miren Rebelo
  2. Vi cómo nos trataba nuestro director del centro de investigaciones, cómo le hacía la vida imposible a la única compañera con hijos y un padre enfermo y renuncié antes de que me hicieran renunciar. Tuve mis hijos, los crié de freelance de forma remota y voy a una entrevista de trabajo en un centro y me dicen que es obligatoriamente presencial (aunque el trabajo se puede hacer 100% remoto). Ahora estoy feliz en un trabajo que me permite flexibilidad y me valoran pero fuera de España.
    Lola
  3. Vi cómo nos trataba nuestro director del centro de investigaciones, cómo le hacía la vida imposible a la única compañera con hijos y un padre enfermo y renuncié antes de que me hicieran renunciar. Tuve mis hijos, los crié de freelance de forma remota y voy a una entrevista de trabajo en un centro y me dicen que es obligatoriamente presencial (aunque el trabajo se puede hacer 100% remoto). Ahora estoy feliz en un trabajo que me permite flexibilidad y me valoran pero fuera de España.
    Lola
  4. Trabajé 16 años en una empresa, fui madre dos veces y cuando quise reducción de jornada para mi primer hijo, tuve que poco menos darle las gracias a mi jefe y llegar a un acuerdo que le gustase a él. Al año tuve que renunciar a la reducción porque mi marido en ese momento estaba en paro y me hacían falta los 200€ y ya luego en mi segundo hijo ni me lo plantee. Corría en mi hora de comida para recogerlos, pedir favores quien me los cuidara si mi marido estaba en algún curso....
    Raquel
  5. Sé que es la historia de muchas, pero cuando decidí estudiar periodismo no imaginé que iba a ser tan triste trabajar y ser madre. Desde entonces he tenido que renunciar a "destacar" en mi trabajo porque por delante he puesto a mis tres hijos. Lo peor es que no se entiende. Trabajo en televisión y muchas no madres dicen que hay que estar las 24 horas perfecta por si hay un directo...y yo me levanto a las 5,15 de la mañana para poder organizarme...como para ir bien peinada. Es todo un desas
    Ana Belén Santos
  6. Cuando me obligaron a renunciar . Mi renuncia llegó cuando me tenía que incorporarme a trabar , me mintieron desde el primer día , yo trabaja de tarde y pedí cambio de jornada , dado que por suerte había una vacante , cual es mi sorpresa que cuando llego me dicen que qué hacía allí , mi cara un poema y hay empieza el calvario, como no había nada firmado que me lo dijo de palabra “ la propia jefa “ no valía para nada el cambio de turno . Estando yo sola para cuidar a la criatura t
    Lorena
  7. A un par de semanas de dar a luz a mi primer hijo, me propusieron un despido improcedente en la multinacional en la que trabajaba, que me vendieron como tiempo para cuidar de mi bebé y que acepté por miedo a futuras represalias. Con mi segundo hijo, despido nulo después de denunciar y llevar a la empresa (otra) a juicio. Ahora mismo trabajo en una empresa familiar y a raíz de la pandemia se flexibilizó el horario y se facilitó el teletrabajo.
    Eva
  8. Con mi primer hijo, tuve qué reducir mi jornada, y con el segundo ha llegado una excedencia, qué tampoco puedo alargar, ya que no puedo permitirme estar mucho tiempo sin cobrar, o sin ponerme al día en el avance de la empresa. Pero me da rabia dejar a mi pequeño de teta en la guardería. Con el primero “gracias” a la pandemia, pude estar con él, teletrabajando, de erte, pero con él.
    Belén

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